RUSC v12i3 | García [es]

Twitter como recurso para evaluar el proceso de enseñanza universitaria

Jonatan García Suárez

Universidad de Granada, España

Carmen Trigueros Cervantes

Universidad de Granada, España

Enrique Rivera García

Universidad de Granada, España

Fecha de presentación: enero de 2014

Fecha de aceptación: marzo de 2014

Fecha de publicación: julio de 2015

Cita recomendada

García-Suárez, J., Trigueros, C. y Rivera, E. (2015). Twitter como recurso para evaluar el proceso de enseñanza universitaria. RUSC. Universities and Knowledge Society Journal, 12(3). págs. 32-45. doi http://dx.doi.org/10.7238/rusc.v12i3.2092

Resumen

La gran difusión de las redes sociales entre los estudiantes universitarios es un excelente potencial para su utilización con una finalidad académica. La universidad tiene en su alumnado una importante fuente de información para la calidad de sus servicios y en las redes sociales una potente herramienta de evaluación. El propósito del estudio se centra en analizar una experiencia basada en la utilización de Twitter en la evaluación diaria del proceso de enseñanza y su repercusión en el alumnado. La experiencia contó con la participación de un total de 145 estudiantes que voluntariamente, y de forma anónima si así lo deseaban, evaluaron cada una de las clases recibidas a través de la emisión de tuits. La percepción del alumnado sobre la utilidad de Twitter para la evaluación del proceso se realizó a través de un cuestionario de preguntas abiertas. Los principales hallazgos de la investigación indicaron una alta satisfacción con el proceso seguido en la asignatura. Más discretamente se valora positivamente la incorporación y el uso de Twitter para el fin académico. Se concluye que Twitter puede ser una herramienta adecuada para el estudiante en la evaluación del proceso de enseñanza y con amplias facultades para su incorporación en el ámbito universitario.

Palabras clave

redes sociales, evaluación, estudiantes, universidad, docencia, Twitter

Twitter as a resource to evaluate the university teaching process

Abstract

The widespread use of social networks among college students has an excellent potential for academic purposes. The university has in its own students an important source of information that can be used to evaluate the quality of its services, and social networks provide a great assessment tool. The purpose of the study is to analyse an experiment based on the use of Twitter in the daily evaluation of the teaching process and its impact on the students. One hundred and forty-five students voluntarily and, if they so wanted, anonymously, participated in the experiment. They evaluated each of the classes through tweets. The students’ perceptions of the usefulness of Twitter for evaluating the teaching process was analysed through a questionnaire with open and closed questions. The main findings of the research showed considerable satisfaction with the process followed in the subject. There was also a modest positive evaluation in assessing the incorporation and use of Twitter for academic purposes. It is concluded that Twitter can be a useful tool for students to evaluate the teaching process and that Twitter is highly suitable for incorporation into the university sphere.

Keywords

social networks, evaluation, students, university, teaching, Twitter

1. Introducción

La formación universitaria se ha ido adaptando siempre a las demandas que van surgiendo desde la sociedad y al mismo tiempo se ha convertido en uno de sus motores de cambio. Sin embargo, la era digital ha creado una auténtica ruptura ante la demanda de nuevos roles, estructuras y tendencias. La introducción de nuevas formas de comunicación y tecnologías para la enseñanza y el aprendizaje ofrece numerosas e innovadoras posibilidades para incrementar la calidad de la docencia y acercar los procesos de aprendizaje a las características de los estudiantes (García, Portillo, Romo y Benito, 2008).

Con el objetivo de incrementar la eficacia del sistema universitario se realizan evaluaciones pertinentes de cada uno de los campos que lo componen (docencia, gestión e investigación). Estas evaluaciones se realizan en muchos casos a través de sistemas de indicadores muy variados, tanto, que provocan falta de consenso sobre el qué (resultados, proceso, docencia…) y el cómo evaluar (indicadores cualitativos, cuantitativos, concretos, generales…) (Palomares, García y Castro, 2008).

La masificación de las aulas universitarias y la desvalorización de la docencia frente a la investigación han provocado que el docente busque instrumentos ágiles de evaluación más cercanos a un proceso de valoración finalista que continua. Este enfoque resulta controvertido e incompleto, ya que tan solo se basa en el rendimiento del estudiante, dejando a un lado el proceso de enseñanza (Carle, 2009; Griffin, 2004; Remedios y Lieberman, 2008; Stieger y Burger, 2010). Siguiendo a Dickey y Pearson (2005), esta evaluación finalista puede estar claramente contaminada por diferentes factores: hechos y contenidos más recientes, o bien por unas primeras impresiones del docente y/o la asignatura. En el contexto europeo en general, y en España en particular, dentro de las nuevas orientaciones para la docencia universitaria surgidas del proceso de convergencia de la educación superior, está cobrando fuerza el tránsito de una evaluación finalista hacia modelos procesuales (López Pastor, 2012).

Coincidimos con Kassens-Noor (2012) en pensar que Twitter puede ser una herramienta que se adapte a ese tipo de evaluación continua y formativa del proceso de enseñanza. Basado en el microblogging (envío y publicación de mensajes cortos), ágil en su lectura (no más de 140 caracteres), dinámico (información disponible en tiempo real), accesible (desde casi cualquier dispositivo que permita conectarse a la red), funcional (permite incrustar imágenes, vídeos y enlaces en otros contenidos), organizado (mediante hashtags que representan temas y ordenados por fecha de publicación), interactivo (permite ver las publicaciones de otras personas, seguirlas, responder, compartir sus mensajes mediante retuits o bien guardarlos al marcarlos como favoritos), no invasivo (no es un chat de mensajería instantánea) y con la posibilidad de guardar el anonimato (utilizando nicks o apodos despersonalizados) (Arana, Cabezudo, Morais y Peñalba, 2012; Guzmán, Del Moral y González, 2012; Bernal, Cascales, Clemente e Izquierdo, 2012; Kassens-Noor, 2012; Wakefield, Warren y Alsobrook, 2011; Welch y Bonnan-White, 2012; Toro, 2010).

Los estudios realizados en torno al uso de las redes sociales en la enseñanza universitaria son aún escasos y muestran ciertas controversias. Calabuig y Donaire (2012), en su análisis sobre Twitter como herramienta de participación y conocimiento, llegaron a la conclusión de que la utilización de Twitter en sus clases fue muy positiva, ya que para la mayoría de los estudiantes fue una estrategia metodológica útil e interesante para desarrollar las competencias básicas en la educación superior. Por otra parte, Espuny, González, Lleixá, y Gisbert (2011), en su estudio sobre las actitudes y expectativas del uso educativo de las redes sociales en los alumnos universitarios, al preguntar a estos, a pesar de estar muy familiarizados y mostrar una actitud favorable a la incorporación de las redes sociales, no percibieron gran utilidad pedagógica de estas herramientas en el contexto de la educación superior.

Por otra parte Kassens-Noor (2012), en la investigación realizada para evaluar Twitter como una práctica de enseñanza para mejorar el aprendizaje activo e informal en la educación superior, nos alerta de que, en el caso específico de Twitter, podría presentar algunas limitaciones respecto a otros métodos; la limitación de los caracteres, por ejemplo –que podría suponer una ventaja dependiendo de la intención de uso–, puede significar un contratiempo que restringe reflexiones amplias y profundas por parte del alumno. En esta misma línea, Toro (2010), desde su análisis sobre los usos de Twitter en educación superior, también le añade, como limitación a esta herramienta, el factor de distracción que podría tener para algunos estudiantes el hecho de que pueda ser utilizado también como red social, ya que puede ser adictivo y escapar del valor académico o educativo que se pretende. Además, si los alumnos no están convencidos de la utilidad pedagógica y las ventajas que puede suponer su correcto uso dentro del aula, previsiblemente existirá cierto grado de resistencia a su implantación y, por ende, los beneficios de su explotación se verán claramente mermados (Lowe y Laffey, 2011; Rinaldo, Tapp y Laverie, 2011).

Por otra parte, el uso de Twitter supone la superación de los límites espaciales y temporales del aula, extrapolando los debates de los contenidos de la asignatura fuera de clase, lo cual es útil para la interiorización, identificación y socialización del aprendizaje, incluso para el desarrollo de competencias como la redacción y síntesis, así como la interacción y el trabajo colaborativo entre estudiantes y profesores (Calabuig y Donaire, 2012; García Sans, 2009; Moguel, Alonzo y Gasca, 2012; Toro, 2010). Wakefield, Warren y Alsobrook (2011), en su trabajo sobre cómo la red de información en tiempo real de Twitter puede despertar el pensamiento reflexivo y la comunicación, llegan a la conclusión de que la herramienta favorecía la comprensión de los materiales, la comunicación y el fomento del aprendizaje de los estudiantes.

En el estudio de Junco, Heiberger y Loken (2011), realizado con 125 estudiantes para determinar si el uso de Twitter como herramienta educativa ayuda a involucrar a los estudiantes y movilizar a los profesores en un papel más activo y participativo, determinó que la participación y la implicación era mayor en el grupo que utilizaba Twitter que en el que no hacía uso de él, y que aquellos alumnos que utilizaron esta plataforma obtuvieron mejores resultados en sus calificaciones.

Por su parte Welch y Bonnan-White (2012), en una investigación con 205 estudiantes universitarios, no encontraron diferencias significativas en cuanto a niveles de implicación y compromiso entre el alumnado que utilizaba Twitter en el aula y el que no, y se percataron de que aquellos alumnos que disfrutaban con el uso de Twitter obtenían mejores resultados en cuanto a su percepción de compromiso y participación.

Queremos llamar la atención sobre la escasez de estudios específicos sobre la utilización de Twitter para evaluar el proceso de enseñanza. Solo Kassens-Noor (2012) se aproxima relativamente en una investigación realizada en torno al diario de clase, en la que reconoce que a pesar de las limitaciones del software, Twitter puede ser una herramienta útil para evaluar el desarrollo del proceso de enseñanza.

La posibilidad de mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje prácticamente sobre la marcha gracias a la utilización de las redes sociales nos llevó a plantear esta investigación en la que se analiza el valor de Twitter como herramienta evaluativa del proceso.

Concretamente nos planteamos como objetivos: evaluar el proceso de enseñanza (contenidos, metodología e intervención del docente) de una asignatura de estudios de grado y describir e interpretar las percepciones de los estudiantes frente a la utilización de Twitter como una herramienta de participación en el proceso de enseñanza universitaria.

2. Método

Metodológicamente nos hemos apoyado en un diseño cualitativo basado en el análisis de los datos producidos (Cuñat, 2007; Strauss y Corbin, 2002) y la teoría fundamentada de Glaser y Strauss (1967), complementado con un análisis descriptivo de frecuencias.

En la investigación participaron un total de 146 estudiantes, pertenecientes a tres grupos de la asignatura de Enseñanza de la Educación Física en Educación Primaria, impartida en el segundo curso del grado de Maestro en Educación Primaria de la Universidad de Granada. La participación del alumnado fue voluntaria y fueron –previa y debidamente– informados de los objetivos de la investigación y la importancia de la inmediatez en el envío del tuit al final de la clase o en cuanto se dispusiera de conexión a internet. Se facilitó el anonimato, para aquellos alumnos que lo desearan, mediante una cuenta de uso común.

Para la recogida de información se han utilizado dos instrumentos: Twitter, para recabar la opinión de los estudiantes sobre las actividades presenciales desarrolladas, y un cuestionario con tres preguntas: dos de ellas de carácter cerrado, valoraban de 1 a 4 su percepción sobre participación en Twitter con relación a la asignatura y el valor global otorgado a su utilización en las clases; la tercera tenía carácter abierto, cada estudiante podía reflejar libremente su opinión sobre la implantación y el uso de Twitter en la asignatura.

La recogida de la información a través de Twitter se realiza desde una cuenta común o la propia del estudiante. Al principio de cada semana el profesorado emitía un tuit en el que recordaba los hashtags que se utilizarían para la recogida de las opiniones de cada una de las clases. Estas fueron un total de 30 (5 conferencias, 11 prácticas, 11 tiempos dialógicos, 2 jornadas de exposición teórica por parte de los alumnos, 3 tutorías y 1 jornada de evaluación compartida). No hubo ningún tipo de especificación ni limitación para la emisión de los tuits, la participación en cada clase fue, por tanto, diferente; a los alumnos únicamente se les proporcionó la información sobre la utilidad que tendrían sus comentarios para la mejora de la asignatura, sin ningún tipo de efecto en su evaluación y calificación. Con ello se buscó una participación lo más desinteresada posible y la obtención de opiniones libres y sinceras.

La información cualitativa fue compilándose y organizándose para su análisis y tratamiento a través del software NVivo 10. El proceso de análisis seguido, basado en la teoría fundamentada, tuvo una fase inicial inductiva desde una codificación abierta o in vivo, en la que se identificaron las ideas y los conceptos que contenían una alta significación interpretativa. Posteriormente, en una fase más deductiva, se definieron las categorías centrales que serían el eje del análisis. Se crearon diferentes árboles de indexación con los que poder tratar, de forma sencilla y rigurosa, cada uno de los objetivos. Por último realizamos comparaciones mediante matrices de codificación y cruces de atributos que nos permitieron la elaboración de gráficas para ilustrar el informe. El análisis de las preguntas del cuestionario se realiza mediante la descripción de frecuencias, enriquecido gracias al análisis cualitativo de las opiniones aportadas en la pregunta de carácter abierto, siguiendo el mismo proceso de análisis cualitativo descrito con anterioridad.

3. Resultados

Debemos tener en cuenta que la suma total de tuits aportados por los estudiantes fue de 495, cantidad importante que representa aproximadamente el 18% del total de tuits potenciales que se podrían haber recibido si cada estudiante hubiese enviado uno por cada clase recibida en una asistencia situada en torno al 75%.

Gráfica 1. Número de tuits de cada clase organizados en hashtags

Sobre la base del número de tuits (gráfica 1) podemos ver cómo la participación se produce fundamentalmente en torno a las actividades dedicadas a las conferencias y a los espacios dedicados a clases de práctica, especial­mente aquellos dirigidos por los docentes. Por el contrario, las tutorías grupales y las exposiciones teóricas de los estudiantes presentan los valores más bajos, junto a las sesiones finales, dedicadas a la evaluación compartida. Por último, hay que destacar la pérdida progresiva de participación que experimentan las clases dedicadas a actividades dialógicas.

3.1. Evaluación del proceso de enseñanza

El primer objetivo fue conocer la valoración global de todo el proceso de enseñanza y obtener nuestras propias reflexiones acerca de la utilidad de Twitter. Para ello, una vez obtenidos todos los tuits emitidos por los alumnos organizados por clases gracias a los hashtags, se clasificaron en tres grandes categorías según hiciesen referencia a aspectos positivos, negativos o no hiciesen alusión directa a una valoración de la clase, sino más bien a una reflexión propia sacada del contenido impartido (gráfica 2).

El 66% de los comentarios contenía alusiones sobre aspectos positivos de la materia, y solo un 6% de los tuits reseñaba algún matiz que debía mejorarse o que era poco acertado. El porcentaje restante correspondió a aspectos no relacionados de forma directa con la valoración; en los que se realizaban reflexiones personales sobre alguna cuestión, duda o experiencia despertadas por el contenido de la clase.

Para un análisis más detallado del contenido de los tuits dividimos las categorías en subcategorías (figura 1).1 Sin duda, se hacía una alusión mayoritaria a la valoración positiva del contenido, en la que, sobre todo, aparecieron valoraciones generales que expresaban satisfacción («increíble…», «muy interesante…», «…inyección de motivación», etc.).

Gráfica 2. Valoración general de las clases según porcentaje de referencias

Nos encontramos con que muchos de los tuits no hacían referencia a ningún aspecto concreto de valoración, sino que reflejaban ideas subyacentes de la propia clase, la mayor parte de ellas hacía referencia a reflexiones personales del tipo «cuanto más grande la lucha mejor la recompensa…», «debemos aceptarnos y querernos tal como somos».

Figura 1. Codificación de los tuits emitidos

Por último, las menciones recogidas en los comentarios como aspectos negativos, de menor producción, eran en su mayoría referentes al contenido impartido. Parte de ellos compaginaban un aspecto positivo con otro negativo, como por ejemplo: «En la primera toma de contacto con la asignatura fue a mi parecer buena, aunque se incluyó demasiada información». Pocos usuarios reflejaron con tanta claridad su disconformidad con algún aspecto: «está claro que la clase no me gustó mucho, ¡se nos fue de las manos!». Los comentarios negativos acerca de la organización fueron sobre todo referentes al tiempo, a la puntualidad o a algún otro aspecto organizativo puntual: «la clase estuvo bien pero no la manera de conducirla, siempre hablaban los mismos y cuando los demás querían hablar no los dejaban».

3.2. Valoración del uso de Twitter como una herramienta de participación en el proceso de enseñanza universitaria

Según se desprende de sus respuestas, hay que tener en cuenta que el 9% de ellos consideró su participación como deficiente, pues no había utilizado Twitter en ningún momento o en alguna ocasión puntual, y el 30% afirmó haber realizado un uso escaso o eventual. Por lo tanto, podemos entender que el 61% restante ha hecho un uso de la herramienta de forma notable o sobresaliente (gráfica 3).

Gráfica 3. Valoración de Twitter en función de la participación

La tendencia de la participación cambia en función de la participación a la hora de hacer la valoración de Twitter para el fin pretendido. El alumnado considera positiva la utilización de la herramienta (notable y sobresaliente) en un 33%, frente a un 28% que valora su utilización de forma negativa. El 39% restante simplemente aprueba su uso.

Cruzando los datos de valoración y participación en Twitter, encontramos que aquellos que tuvieron una participación más baja o nula se corresponden con los estudiantes que menos valoran la utilización de Twitter en la enseñanza. Llama la atención el elevado porcentaje de alumnos que aun percibiendo su participación como escasa (aprobado) valoran con gran calificación (notable o sobresaliente) su utilización en la asignatura. El suspenso no aparece como calificación en aquellos alumnos que percibieron su participación como elevada o muy elevada, y el notable y el sobresaliente son las notas predominantes.

En cuanto a las opiniones expresadas por los estudiantes en la pregunta abierta sobre el uso de Twitter, mayoritariamente los comentarios hicieron alusión a referencias positivas (figura 2). La mayor parte de ellos se refería a la libertad de expresión que le permitía, y el poder compartir sus ideas con los compañeros: «el Twitter me ha parecido una forma de expresar lo que nos ha parecido las clases libremente».

Figura 2. Codificación de los comentarios sobre Twitter

El segundo aspecto al que más referencia se hace en los comentarios positivos fue la retroalimentación docente, es decir, la utilidad de la herramienta para poder informar al profesorado de los puntos fuertes y débiles que deben mejorarse en cada clase: «Twitter ha sido de gran ayuda para los profesores, debido a que nuestra opinión tiene una gran importancia en dicha asignatura».

La innovación es algo también muy valorado. Numerosas opiniones advertían la originalidad de la idea y apreciaban la novedad y la intención de hacer algo distinto: «es una novedad para mí, y yo creo que para todos mis compañeros […], me parece una gran idea para motivarnos». Además, percibían muy positivamente la capacidad de interactuar tanto con sus compañeros como con los propios profesores que les permitía «...mantener un contacto directo entre los alumnos y los profesores».

Aunque en menor cantidad, también se obtuvo un considerable número de referencias en las valoraciones que mencionaban las debilidades e inconvenientes del uso de Twitter en la docencia. Cuarenta valoraciones contenían algún comentario acerca de sus flaquezas. De ellas, la mayoría juzgaba Twitter como algo innecesario para la asignatura. En algunos casos consideran que el beneficio de su utilización es exclusivamente para el profesorado y que los alumnos no obtienen ningún provecho: «la utilización del Twitter me parece correcta para que los profesores puedan tener una visión externa del transcurrir de sus clases, aunque no lo veo totalmente útil para el alumnado».

Otras fuentes de disconformidad están en las desigualdades que puede crear debido a poseer o no poseer una cuenta en la plataforma, o el hecho de tener un mayor o menor manejo de ella, lo que excluye a esos estudiantes de la participación en el proceso («…no todo el mundo tiene, y ya no están todos los alumnos en las mismas condiciones para participar»); o en la oposición a las redes sociales y a la socialización a través de la red («no quiero más redes para socializarme…»); o bien no lo consideran un buen material docente para su incorporación al ámbito académico «al ser una red social más de uso personal».

Si tenemos en cuenta la participación en el tipo de opiniones emitidas, observamos cómo la diferencia entre los aspectos positivos y negativos observados va aumentando paulatinamente según aumenta la participación por parte del alumnado (gráfica 4).

Gráfica 4. Opinión sobre Twitter según grado de participación

Así, mientras que aquellos que apenas han usado Twitter durante el curso comentan casi por igual tanto aspectos negativos como positivos de la herramienta, los estudiantes con mayor participación presentan una gran diferencia a favor de los aspectos positivos.

4. Discusión

Respecto a la evaluación del proceso de enseñanza, a partir de las valoraciones de cada una de las clases, podemos afirmar que la satisfacción general ha sido alta durante todo el curso. El alumnado reconoce haber vivenciado una metodología activa, basada en la partición del estudiante en la elaboración y el desarrollo de las actividades de clase. Por otra parte, creemos que la «pedagogía venenosa» (Miller, 1998) de una mal llamada evaluación ha podido influir negativamente en el bajo nivel de participación global. Es posible que algunos estudiantes (es un interrogante que deberíamos indagar) se hayan inhibido de participar, a pesar de disponer de una cuenta anónima, por el temor a ser «controlados» por el docente en cuanto a sus opiniones. Síntoma de la falta de participación democrática en el aula universitaria, o la prevalencia del resultado sobre el proceso, solo interesa aquello que reporta beneficios directos en la calificación final.

La libertad que ofrece Twitter para expresar opinión, a veces alejada del objetivo principal, ha abierto otra puerta interpretativa en la investigación, y la ha enriquecido desde una mirada global de los procesos vividos en el aula.

La mayor parte de los comentarios, tanto positivos como negativos, hicieron referencia al contenido y temática de la clase, resaltando sus principales virtudes o bien criticando aquellos aspectos con los que se estaba en de­sacuerdo, ya fuera por su contenido o por la forma en que se expuso o se trabajó. El alto porcentaje de comentarios positivos nos lleva a interpretar que la satisfacción general es alta y que por tanto el camino seguido es, en principio, el adecuado.

En referencia a la valoración de Twitter como una herramienta de participación en el proceso de enseñanza universitaria por parte del alumnado, encontramos que fue positiva, aunque, no obstante, encontramos numerosas referencias en contra. Dentro de las dificultades señaladas nos hemos encontrado en mayor o menor medida con todas las propuestas por Wakefield, Warren y Alsobrook (2011), en el sentido del rechazo de las redes sociales o la incomodidad con su uso; también las propuestas por Welch y Bonnan-White (2012), que, junto a las anteriores, destacaban la falta de familiarización o la sobrecarga de cuentas. En nuestra experiencia, las críticas se dirigieron en su mayoría hacia la consideración de la herramienta como innecesaria para el desarrollo de la materia. Es posible que el hecho de no observar repercusiones directas de su participación y, además, no repercutir en la calificación de la asignatura haya influido en esta percepción. Coincidiendo con los hallazgos de Welch y Bonnan-White (2012), la experiencia fue más positiva en aquellos alumnos que declaraban haber tenido una participación más elevada. Sus estimaciones estuvieron siempre por encima del notable y sus opiniones en un amplio porcentaje aludían a los beneficios de la plataforma. Los alumnos de menor o nula participación presentaron una valoración más baja del uso de Twitter (de aprobado en su mayoría) y unas opiniones porcentualmente similares respecto a las ventajas e inconvenientes.

5. Conclusiones

No obstante, basándonos en los resultados, podemos concluir que la valoración en líneas generales de Twitter como herramienta de evaluación de las clases es positiva. Se destaca su posibilidad de poder expresar la opinión libremente y formar parte en el proceso de mejora del proceso de enseñanza de la asignatura. Esta estrategia se ha revelado como muy potente y efectiva gracias a su espontaneidad e inmediatez. No obstante, pensamos que debe ser complementaria a una evaluación final más profunda y rigurosa. Su valor formativo y continuo nos permite acercarnos a la perspectiva del alumnado, sus impresiones y sus intereses, lo cual permite actuar, modificar y mejorar la asignatura en cualquier momento del proceso. Además, un uso adecuado de Twitter que motive al estudiante puede lograr la creación de un sentimiento de pertenencia e integración efectiva en la materia, así el estudiante se considerará parte activa del proceso y se identificará con los resultados.

De todas las opiniones y aportaciones obtenidas, concluimos que la incorporación de Twitter al ámbito académico universitario ha sido una experiencia favorable y ventajosa. Al ser un medio popular y novedoso suele tener una buena acogida entre el alumnado. En aquellos casos que rechazan el uso de Twitter, debemos indagar si es puntual hacia la herramienta o se abre a la propuesta de enseñanza y aprendizaje planteada.

Se detecta que la herramienta tiene variadas y valiosas potencialidades diferentes de la observada para su incorporación a nuestro ámbito y sobre las que sería interesante seguir indagando, como por ejemplo: estudiar el interés que pueda despertar en los alumnos el hecho de utilizar alguna aplicación que permita mostrar los mensajes de Twitter con un determinado hashtag en tiempo real y que se proyectasen en clase al tiempo que el profesor imparte las clases, su utilización para compartir recursos relacionados con los temas tratados en clase; o la incorporación y visualización de los tuits en la plataforma o página web (Twitter for Websites) de la asignatura para incentivar la participación de los estudiantes.

Por último, debemos incidir en que parte del éxito final depende de que los estudiantes perciban con claridad el objetivo final de la utilización de la herramienta y superen la simple visión instrumental de Twitter. Para lograrlo, nuestra experiencia nos dice que hay que democratizar el aula, otorgar estatus de igualdad y libertad al estudiante respecto al docente y, desde aquí, promover una evaluación para la mejora y el aprendizaje que supere el modelo sancionador y jerarquizante que aún prevalece en el aula universitaria.

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Notas

1.

La abreviatura “EF” de la figura 1 se corresponde con Educación Física

Sobre los autores

Jonatan García Suárez

Estudiante del máster de Profesorado de educación secundaria obligatoria y bachillerato, formación profesional y enseñanza de idiomas, Universidad de Granada

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y diplomado en Magisterio: especialidad en Educación Física, actualmente cursa los estudios del máster de Profesorado de educación secundaria obligatoria y bachillerato, formación profesional y enseñanza de idiomas. Durante el curso 2012-2013 fue becario de colaboración en el Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Granada.

Cooperativa de Enseñanza Colegio Santa Cristina

Casería de Montijo, s/n

18011 Granada

España

Carmen Trigueros Cervantes

Profesora titular de universidad, Universidad de Granada

Doctora en Educación Física. Responsable e investigadora del grupo de investigación de Educación Física y Transformación Social. Especialista en el análisis cualitativo de datos con el software NVivo. Profesora de grado y posgrado en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada.

Universidad de Granada

Campus de Cartuja, s/n

18071 Granada

España

Enrique Rivera García

Profesor titular de universidad, Universidad de Granada

Doctor en Educación Física (premio extraordinario). Investigador en el campo de la enseñanza en educación superior. Profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, imparte cursos de posgrado relacionados con el desarrollo del currículo, la investigación cualitativa y el análisis de datos con ayuda del software NVivo.

Universidad de Granada

Facultad de Ciencias de la Educación

Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal

Campus de Cartuja, s/n

18071 Granada

España

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